KARINA, LA NOVIA DE TODOS
Los años sesenta fueron una época mágica en la que nacieron muchos fenómenos sociales y culturales que aún hoy nos siguen fascinando. Uno de ellos fue el nacimiento de toda una generación de "princesas del pop", que aunque gozaron de protagonismo en casi todo el mundo, lo tuvieron de una manera especial en nuestro pais, por lo singular de nuestra sociedad en aquellos momentos. Cierto que Silvye Vartan, France Gall o Jaen birkin en Francia, Marianne Faithful o Lulú en Inglaterra. Y Nancy Sinatra en Estados Unidos tienen muchos puntos en común con nuestras "Chicas ye-yé", pero lo que éstas significaron aquí va mucho más allá de la esfera pop para formar aprte o incluso protagonizar y acelerar algunos de los cambios sufridos por la sociedad española contemporánea. Puede que ahora, el movimiento feminista considere insulso o incluso frívolo lo que dejaron atrás aquella generación, pero gran parte de lo que han logrado posteriormente se debe al impulso que aquellas chicas le dieron a la sociedad española. Yo, que soy de una generación posterior, he llegado a escuchar descalificaciones sonbre una chica porque usaba impermeables de colores "para llamar la atención". No digamos ya lo que podía significar dos décadas antes que una muchachita decidiera vestir una minifalda, escuchar música pop, o llegando al límite, confraternizar con aquellos melenudos, y hasta formar parte de alguna de aquellas diabólicas y ruidosos grupos de música pop.



Mirando hoy, las fotografias de aquellas chicas, y escuchando sus canciones uno no encuentra razón para tanto escándalo... Pero entonces era diferente. Muy diferente. Y por eso, lo que consiguió aquella jovencita jiennense llamada Maribél Lláudes puede calificarse como asombroso, porque bno solo se atrevió a entrar en una escena pop, que entonces era aún minoritaria y no estaba precisamente bien vista, sino que, además, la cambió por completo, convirtiéndola en apta para todos los públicos.



DARIO VICO